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Maguey Tobalá: El favorito de las mariposas

Actualizado: 14 ago 2023


Una de las misiones más importantes en Dos Cuerpos es entender el trasfondo de todos nuestros productos, en esta ocasión, les compartimos algunas curiosidades del Maguey Tobalá: El favorito de las mariposas.

Documento histórico que presenta la presencia del agave

Algunos lo llaman el rey de los mezcales y seguramente uno de los lugares donde lo llamaban así fue en Sola de Vega en Oaxaca. Dicho municipio es el lugar donde se dió a conocer las maravillas del Tobalá y por eso los soltecos son los productores por excelencia de el mezcal Tobalá. Este agave tarda 6-15 años en madurar, pero lamentablemente, para crear mezcal de este agave se necesita un gran número de piñas y dado a su gran demanda, este agave se encuentra en peligro de extinción. Esto también es porque, al contrario del Espadín, no se reproduce por hijuelos sino que únicamente se reproduce por semillas.


Realmente, el título del artículo fue para atraparte, lector, y dudamos que sea el agave favorito de las mariposas. Lo que sí es cierto, es que una mariposa podrá reconocerse frente a uno de estos agaves por su parecido. Físicamente, se trata de un agave chico, con flores verdes y amarillas, de 30 a 80 hojas. Sus hojas se parecen tanto a las alas de una mariposa que en náhuatl se le denominó como papalometl, maguey mariposa.


Es complicado encontrar este maguey de manera silvestre pues normalmente crece solitariamente en zonas desérticas, acantilados rocosos y laderas donde es muy difícil llegar o incluso en bosques donde se sufren fuertes heladas. Más exactamente, se encuentran en la cuenca del Río Balsas, en el Valle de Tehuacán-Cuicatlán, en las zonas Mixtecas y en las montañas que rodean Oaxaca. Tal vez por eso algunos se refieren a él como el Agave Explorador. Tiene una excelente capacidad de adaptación pero la mayoría de los Tobalás son cultivados, principalmente en Oaxaca y en el sur de Puebla, en Chiapas y Guerrero.


La palabra Tobalá viene del zapoteco y convierte en una redundancia el decir “El maguey Tobalá”. Esto es porque Toba significa maguey y es el equivalente al pronombre el. Otros nombres por los que se conocen estos agaves son: Bilía, chato, dób–bÉ y dua bla, papalomé y yavi ticushi (mixteco).


Existen algunas complicaciones para saber a qué agaves se les denomina Tobalá, esto sucede porque existen tres especies de agaves mezcaleros que por su parecido, comparten los nombres Tobalá y Papalometl:

  • Agave potatorum. Zucc: Este es el más común y normalmente al que uno se refiere cuando habla del Tobalá. Su nombre proviene del latín potator, que significa bebedor. Probablemente, las otras variantes son híbridos de ésta, pero no existe evidencia exacta que lo demuestre.

  • Agave nussaviorum García-Mend: Este agave se caracteriza por tener menos hojas, son un poco más abiertas pero con un color similar al potatorum. Se encuentra en los municipios de Coixtlahuaca, Huajuapan, Juxtlahuaca, Nochixtlán, Teposcolula, Tlaxiaco y en Yutanduchi de Guerrero. Encontrado principalmente en la región Mixteca, su nombre viene de este idioma, ñuu savi que significa tierra de nubes.

  • Agave seemanniana Jacobi: Este agave tiene las hojas un poco más grandes, se desarrolla mejor bajo la sombra y también se conoce por utilizarse para hacer pulque. Esta genotipificación del complejo potatorum se encuentra principalmente en los municipios oaxaqueños: Tlaxiaco, Miahuatlán, Pochutla, Yautepec y Tehuantepec. Pero algunos dicen que se encuentra desde Oaxaca y Chiapas hasta Nicaragua.


En Dos Cuerpos nos dedicamos a las catas y a la distribución de destilados de agave y de vino mexicano. La cata es la reflexión del alcohol a probar y, en ese sentido, estos textos buscan que la reflexión sea constante. Déjanos saber si este texto te gustó, si te ayudó de alguna manera y en caso de que haya alguna discrepancia por favor déjanos saber.



Una leyenda urbana del Tobalá:

Existe una leyenda en Dos Cuerpos que relaciono demasiado con este agave, espero vean por qué. Se dice que una naufraga del sur del país llegó a la ciudad durante los meses de Mayo a Agosto, cuando el sol quema y las nubes reflejan. La gente hablaba de una chica misteriosa que rondaba las calles del centro, que se veía pálida y como enferma, por su piel amarilla. La naufraga, dicen, llegaba tan rápido como se iba, de un bar a otro, de una calle a otra, hasta llegar a Emilio Dondé número 7. Los empleados de la mezcalería o vinatería, lo que fuera aquel lugar, la intentaron cuidar. La muchacha se sentó a descansar pero alejaba con mirada lasciva a cualquiera que quisiera acercarsele. Aún así, los empleados lograron darle agua y poca comida. Ahora que hablo con ellos, me dicen que no tienen ni idea de cómo describir a la mujer. Me dicen que era extraña, que era chica, elegante pero que sus ojos revoloteaban como una mariposa. Sus ojos parecían no poder o no querer observar a nadie, dicen, y en cuanto te acercabas demás, se clavaban en tí, y sus pupilas mariposas te hipnotizaban y te arrebatan la movilidad. Una empleada de Dos Cuerpos llegó tarde a su turno y al llegar, vió a la mujer sentada y a los otros empleados atemorizados. Se acercó y la chica misteriosa le habló. Le dijo que estaba en busca de agua pero la empleada le contó que aunque la ciudad estaba construida sobre agua, unos cuantos en poder la escondían en bóvedas subterráneas. Eso es lo único que escucharon los otros empleados pero dicen que platicaron hasta el anochecer, tomando mezcal e incluso riéndose. Al final de la noche, se fueron juntas y con ellas, el otoño floreció. Pasaron meses sin que nadie supiera nada de la empleada pero un día llegó, sin decir nada, al terminar el invierno, casi empezando la primavera. Se veía igual, excepto sus ojos y traía puesta una nueva cadena que le colgaba en el cuello. Cuando recién llegué a trabajar en DC, ya había notado que sus ojos eran extraños pero fue hasta que me platicaron esta leyenda que me explicaron que sus ojos habían cambiado, que eran iguales pero contradictorias a los de la chica misteriosa, pues la mariposa en sus ojos estaba estática. No le dió a nadie más ningún tipo de explicación, ni qué pasó ni adónde fueron; los jefes le regresaron su trabajo y a mi no me quiso contar nada de este suceso. De vez en cuando, a momentos, me la encuentro mirando hacia la nada, acariciando la piedra que cuelga de su cuello, inmutable.



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